Un poco de nuestra historia

La historia comienza con nuestra hija y la madre de José, que conoce a "María". Esta le cuenta que distribuye Exialoe y que hay una cosa muy buena para los críos llamada "el inmuno".

Por aquel tiempo, nuestra hija hacía dos años y medio que tenía una mucosidad permanente. Si, de ésas que no se van nada más que en agosto, que empieza de nuevo cuando vuelven los niños al colegio y que se agrava a la noche, impidiéndote dormir, porque si la padece ella, los demás padecemos las consecuencias. Lo de dormir era por entonces, una asignatura muy pendiente.

En el pueblo de María muchos niños reciben diariamente su cucharadita de "el inmuno", ése jarabe raro que "parece obrar milagros", decíamos nosotros. José pensaba que aquello no era más que otra engañifa, otra persona que escuchó a su madre hablar de que su nieta tiene mocos desde hace dos años y medio y que eso no se cura. Así que María insistió, la madre de José insistió, el mundo siguió girando y una noche, nos sentamos a leer que era "el inmuno"

Fue la primera vez que leímos acerca de Exialoe, de una empresa nacional con más de 20 años en el mercado y sin dar ni un solo problema con los productos que vende. "Tongo !!!" pensamos y dijimos al unísono. Así que hicimos otro tipo de búsquedas y seguimos sin encontrar nada negativo... y eso es raro o señal de que todo va bien, así que decidimos brindarle la oportunidad porque para entonces, nuestra niña ya había ido alguna vez a recibir oxígeno porque se nos ahogaba, vivía con dos broncodilatadores a diario, de 3 a 4 veces al día cada uno, "según cómo la viésemos de mal". Aparte de eso, antipiréticos, tratamientos específicos para lo que se supone debía curar y no curaba, antimicóticos... bueno, todo lo que te podamos decir es poco, y todo ésto para una niña.

Llegó "el inmuno" a casa. Sus abuelos trajeron un bote de 250 ml, nos dijeron que debíamos darle una cantidad determinada tres veces al día. Abrimos la caja de Inmuno Aloe-5, allí no había prospecto ni nada parecido, pero bueno, estábamos hablando de un jarabe con aloe, vitamina C, echinácea y todo lo que les habían contado a los abuelos de lo bueno y efectivo que era. Así que le dimos la primera dosis con temor, pero sabiendo que había que intentarlo.

10 minutos después la cara tenía otro color. Ya no era el blanco pálido habitual, más sonrosada pero sin ser colorada, así que una reacción tímida, leve, pero positiva. Mejoró el semblante y estaba un poco más risueña. Entre que queríamos creer y que podía haber un efecto placebo psicológico, decidimos esperar a una segunda toma... pero espera, la niña no entiende de efectos placebo...

La segunda toma fue a mejor. Mejoró el pulso, la respiración estaba estable, sin palidez, con más alegría... era un ver y no creer. Llegó la tercera toma y fue la primera noche sin inhaladores en mucho tiempo. Con los miedo lógicos pero la mente en positivo, tuvimos una noche de semidescanso, estábamos tan habituados a dormir pendientes de un sofocón, que nos costaba entender qué estaba pasando.

Las siguientes tomas fueron a mejor. Sumado a un cambio nutricional relevante, la supresión de la química en favor de lo natural y la firme convicción de que hay solución, Inmuno Aloe-5 ha supuesto para nosotros un aliado indispensable para la salud familiar.

Poco a poco hemos ido probando más productos de Exialoe. Los cambios han sido notables y muy positivos en todos los aspectos, así que seguiremos disfrutando de los beneficios de ésta planta y desde ya te lo decimos claro: Aloe Si !!! 

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